¡Echa un vistazo a las últimas entradas publicadas!

lunes, 25 de marzo de 2013

Crítica de THERE WILL BE BLOOD (Paul Thomas Anderson, 2007)

¡Y por fin llegó la Semana Santa! Esa birria de fiesta que dura solo 10 días y en las que la cantidad de deberes que te ponen superan al tiempo libre que tendrás. Es por eso que mi cuerpo ha sido listo y me ha regalado una gripe de caballo para el primer día. Para que la disfrute y tal. Anyway, ya que de momento no estoy como par ponerme a estudiar (ay, qué pena...), ¿Qué mejor forma de llevar el catarro que ver cine? Descansar quizás? No, qué va. Así que ayer visioné por primera vez... There Will Be Blood.

Director: Paul Thomas Anderson

Reparto: Daniel Day-Lewis, Paul Dano, Kevin J. O'Connor, Ciarán Hinds, Russell Harvard, Dillon Freasier, Sydney McCallister, David Willis, David Warshofsky, Colton Woodward, Colleen Foy

Argumento: Texas, principios del siglo XX. Una historia sobre la familia, la avaricia y la religión. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) se traslada a una miserable ciudad con el propósito de hacer fortuna, pero, a medida que se va enriqueciendo, sus principios y valores desaparecen y acaba dominado por la ambición. Tras encontrar un rico yacimiento de petróleo en 1902, se convierte en un acaudalado magnate. Cuando, años después, intenta apoderarse de un nuevo yacimiento, tiene que enfrentarse al predicador Eli Sunday.

Crítica: Madre mía, pero qué feo es el poster. Muchas veces me pregunto porqué veo ciertas cintas; muchas tienen pintas de palazos monumentales y son más grasientas que una croqueta. Bueno, porque de vez en cuando te encuentras con peliculazas como There Will Be Blood (Pozos de Ambición). Dos horas y media de intensa paranoia, avaricia y lenta caída en la locura coronadas por una inmensa interpretación de Daniel Day-Lewis (la mejor de lo poco que he visto suyo).

Y es que la cinta de Paul Thomas Anderson simplemente me ha encantado. De un aspecto polvoriento poco atractivo ha llegado a un tramo final en el que no podía apartar la mirada de la pantalla. Magnética. Una historia de como la ambición reduce el ser humano a sus más bajos instintos y deseos. Deseos de poder y de supremacía sobre aquellos a los que considera inferiores. Pase lo que pase, haga falta lo que haga falta. El fin de alguien que no ve más allá de su propia avaricia justifica sus horribles medios. Desde matar a aquellos que le traicionan o se imponen en su camino hasta abandonar a su "hijo" por volverse sordo (aquél que había utilizado durante años como una cara bonita para sus tratos después de encontrárselo en una cesta y decirle que su madre había muerto en el parto), tras lo cuál ya no le sirve para nada y le parece un estorbo.


Como digo, esto no sería posible sin la bestial interpretación de Daniel Day-Lewis, que me gusta más en cada cinta que veo suya. Desquiciado, loco, fuera de sí, es la viva imagen del monstruo, de la serpiente humana a la que interpreta. A su lado encontramos a la dudosa figura Eli Sunday, magníficamente interpretada por Paul Dano (a quien cuesta reconocer tras su papel en Little Miss Sunshine). No se puede hablar muy bien de duelo actoral salvo en ciertas escenas porque su intervención de muy corta (y porque Daniel se come cualquier cosa que le viene por delante como a una patata frita), pero verles actuar juntos es una delicia, un aliciente más dentro del delirio que envuelve esta inmensa obra. Es como verse atrapado en una potente fuerza de auto-destrucción que no parará hasta devorar a todo el mundo o a sí misma, y es una maravilla. Interpretativamente monstruosa, con una escalofriante banda sonora y una excelente dirección, There Will Be Blood es una obra maestra.


Y Daniel Day-Lewis abre la boca y yo me muero de feelings. Solo verlo me da escalofríos...
"If you have a milkshake, and I have a milkshake, and I have a straw... there it is... that's a straw, you see? Watch it. My straw reaches across the room... and starts to drink your milkshake. I drink your milkshake!! I DRINK IT UP!!"


"I'm finished..." Realmente sienta como si Daniel Day-Lewis hubiese dicho: "Ea... pues ahí lo tenéis. He terminado".

Nota: 9-9,25

___________________________________________________

Como en estos casos siempre me gusta revisar lo que pasó o debería haber pasado, hoy toca ver No Country for Old Men, pero vamos, que There Will Be Blood entra desde ya en mi lista de películas favoritas. Day-Lewis me mata y me remata hasta la próxima vez. Pequeño apunte antes de que os pongáis a comentar como locos; como cada año por estas fechas, empiezo a revisar que nuevas series podría empezar a ver, y tengo casi seguro que Parks and Rec y American Horror Story caen antes de llegar al verano.

Y ya. Os dejo para que comentéis vuestra opinión, que me interesa esta vez más que nunca. Sentiros libres de dejarme vuestras críticas personales para que me las lea o de compartir la mía por las redes sociales y hasta la próxima; mañana más y peor.

Nos leemos! :D

1 comentario:

  1. Quisiera ser sincero y objetivo al comentar brevemente lo que vi de este filme. Aclaro que el cine norteamericano no es santo de mi devoción y en los últimos 40 años se hace difícil encontrar, entre montones de porquerías que produce esta gigantesca industria de chatarra, algún buen filme que verdaderamente represente algo parecido al arte. Nota al margen de mi opinión, que seguro es errática, y aun teniendo en cuenta el esfuerzo por lograr amigarse con el mejor legado del cine, esta película presenta aspectos dispares. Luego de verla, casualmente en pantalla chica, me fui a buscar algunos datos en la red para ver de qué se trataba el entretelón. Por lo cual puede decirse que la vi sin ningún prejuicio.
    Para directamente “empezar a terminar”, diré que tanto director como actores son completamente desconocidos para mí. Repito que no soy un seguidor del cine norteamericano, que en este momento es uno de los peores y sigue en franca decadencia. Diré que lo que se ha llevado la palma, es sin dudas, el argumento. Celebro de mi parte, la arriesgada apuesta (para lo que Hollywood cree que es arriesgado) de presentar un cine no complaciente para el público en general y norteamericano en particular, en donde todo termina en la felicidad y el color rosa. Me parece que quizá la adaptación del guion, es una de los mejores trabajos.
    Sin embargo cae en los vicios perpetuos de la industria del cine yanqui. Muchas tomas cortas y sin sentido (usa diez tomas en donde se podría haber utilizado solo una), la fórmula 60/40 para la disposición de cielo y tierra en el encuadre, ese permanente aspecto de set cinematográfico de película western, anquilosada y repetida hasta el cansancio, la poca profundidad de campo de la cámara que nos impide sentirnos identificados con el lugar y el paisaje. Pero sin dudas lo más irritante de todo este pack: la sobreactuación. Me parece increíble la opinión de muchas personas que consideran “monumental” lo que es simplemente una sobreactuación que reduce actores por simples raperos gesticuladores.
    Hay una toma que es la que a mi parecer es la mejor por lejos de la película, tanto en tiempo como en realismo: cuando se quema la torre de la perforación. Se puede ver un director comprometido con lo mejor de la fotografía y no escatima tiempo para subrayar el dramatismo del momento. Espera pacientemente lo que finalmente ocurrirá: la destrucción total. Es como una pequeña anticipación de lo que finalmente ocurrirá con los personajes completamente corrompidos.
    Quizá uno se encuentra más identificado con la escuela europea, rusa y japonesa, que nos presenta las mejores obras cinematográficas de todos los tiempos, y por ello es difícil no considerar muchos aspectos técnicos, que por supuesto conciernen más al director que al actor. En general creo que es una de esas películas en las que uno puede pensar que quizá sea una historia mejor para leerse que para verse, como ocurre con “El Padrino”.

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por dejar tu opinión! :)

Quizás también te interese
¡Recomienda este blog!