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sábado, 14 de marzo de 2015

Crítica de THE GRAND BUDAPEST HOTEL (Wes Anderson, 2014)

Para aquellos que no se quedaron contentos con la elección de los Oscars -o sí-, he puesto una encuesta en la columna lateral derecha del blog para que votéis por la película que querríais que hubiera ganado este año, nominada o no. Dicho esto, vamos a por la crítica de hoy; The Grand Budapest Hotel:

Director: Wes Anderson

Reparto: Ralph Fiennes, Tony Revolori, Adrien Brody, Willem Dafoe, Jeff Goldblum, Saorsie Ronan, Edward Norton, F. Murray Abraham, Mathieu  Amalric, Jude Law, Harvey Keitel, Bill Murray, Léa Seydoux, Jason Schwartzman, Tilda Swinton, Tom Wilkinson, Owen Wilson.

Argumento: Gustave H. (Ralph Fiennes), un legendario conserje de un famoso hotel europeo de entreguerras, entabla amistad con Zero Moustafa (Tony Revolori), un joven empleado al que convierte en su protegido. La historia trata sobre el robo y la recuperación de una pintura renacentista de valor incalculable y sobre la batalla que enfrenta a los miembros de una familia por una inmensa fortuna. Como telón de fondo, los levantamientos que transformaron Europa durante la primera mitad del siglo XX. (FILMAFFINITY).

Crítica: Aunque no soy un expecto en el cine de Anderson, y es una de esas deudas que sé que algún día tendré que saldar, tampoco soy nuevo a su estilo; en 2012 ya me enamoré de su extraña historia de amor juvenil cuando se estrenó la maravillosa Moonrise Kingdom. Entonces los Oscars no supieron ver el valor de aquella película más allá de la nominación a mejor guión, así que cuando esta vez se oyeron campanas de mejor película, pensé que Anderson se había superado aún más a si mismo.

Al final, la expectativa se quedó un poco en eso; me quedo mil veces con su antigua película antes que con esta. Gran parte del anterior colorido emocional, sorprendente y cómico es substituido por trajes de botones y elocuentes diálogos para su aventura en el hotel europeo, pero aún así, la curiosidad de ver lo que se le ha ocurrido esta vez a Anderson es siempre recibida con una entretenida historia a cargo de un potente reparto y un retorcido guión.


Esta vez la historia de amor es la amistad entre el conserje y el botones del hotel y su periplo tras recibir en herencia un cuadro de incalculable valor de manos de la fallecida Madam D. (una irreconocible Tilda Swinton, a la que puedo imaginar escogiendo sus papeles a las tres de la mañana, con un vaso de vodka y un juego de verdad o atrevimiento). Lo que sigue es una divertida historia con aún más divertidos personajes secundarios (y un dispuesto Ralph Fiennes dispuesto a todo) que sigue a los dos protagonistas entre amistades carcelarias, romances pasteleros y bigotes falsos, pero que nunca termina de despegar hasta las alturas a las que llegaron Sam y Suzy con sus cartas furtivas.

Al final, lo que podemos esperar -como siempre con Wes- es una película inapropiada y rara sin pedir disculpas, con una cinematografía en la que perderse -tan solo alcanzada por su divertida ambientación- y que logra encontrar su pequeño corazón en medio de la aventura vivida por Zero y Monsieur Gustave H., lanzados sin quererlo ni pedirlo en medio de esta peculiar mezcla entre relato histórico y misterioso asesinato a lo Agatha Christie. 



~7,5~
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Y una más por el camino de las nominadas. Semana y media más y ya habré liquidado todas las entradas pendientes, jajaja. Hasta la próxima, bloggeros!

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