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lunes, 30 de marzo de 2015

Crítica de THE IMMIGRANT (James Gray, 2013): "I am not nothing"


I like money. I don't like you. I hate you. And I hate myself - Ewa Cybulska


Director: James Gray

Reparto: Marion Cotillard, Joaquin Phoenix, Jeremy Reener, Yelena Solovey, Dagmara Dominiczyk, Maja Wampuskyc, Angela Sarafyan.

Argumento: En 1921, Ewa y su hermana Magda dejan su Polonia natal y emigran a Nueva York. Cuando llegan a Ellis Island, a Magda, enferma de tuberculosis, la ponen en cuarentena. Ewa, sola y desamparada, cae en manos de Bruno, un rufián sin escrúpulos. Para salvar a su hermana, Ewa está dispuesta a aceptar todos los sacrificios y se entrega resignada a la prostitución. La llegada de Orlando, ilusionista y primo de Bruno, le devuelve la confianza y la esperanza de alcanzar días mejores. Con lo que no cuenta es con los celos de Bruno. (FILMAFFINITY).

Crítica: En un principio no iba a reseñar The Immigrant porque la vi hace un tiempo entre muchas otras y tenía que priorizar las películas de 2014, pero aunque la cinta de Gray es del 2013, técnicamente no se estrenó hasta el año siguiente y ayer escribiendo la crítica de Two Days, One Night me entraron ganas de al menos comentarla un poquito.

Olvidada en los cajones de Hollywood, The Immigrant es la película que debería haber estado más presente en la temporada de premios y merecía más mención. Algunas asociaciones de críticos aprovecharon el tirón de Dos Días, Una Noche para premiar a Cotillard por partida doble y con razón; su interpretación es un tour de force interno difícil de olvidar. Gray hizo la cinta inspirado por su cara, por tener una de esas bellezas clásicas que escasean, y Ewa no alza la voz muy a menudo pero nos habla a gritos con sus ojos. Me gusta la película porque en manos menores habría sido la típica historia de la pobre inmigrante que es engañada y que encuentra su salvación en un hombre bueno. Pero Ewa nunca pierde de vista su verdadero objetivo y nunca deja de luchar por lograrlo. La escena en que se encuentra con una anciana que se queja de que les tratan como si no fueran nada lo deja muy claro: "Yo no soy 'nada'". Por mucho que acarree la vergüenza que siente por lo que ha de hacer con su cuerpo, Ewa nunca deja de ser menos que un ser humano. Nunca le concede su propiedad a Bruno, pero sí su perdón cuando este se derrumba al final y le confiesa como la eligió cuando entraba a la Isla de Ellis y le hizo pasar por todo ello por su propia codicia (ese final es lo mejor de la película, una redención para sus protagonistas y la imagen final es pura liberación cinéfila).


Phoenix y Reener también están muy bien, aunque la película no sea suya por decirlo así. Phoenix queda un poco más descolocado que Reener, que tiene un papel mucho más amable, aunque su destino no termine bien. A decir verdad, la película entera se sostiene en la inmensa personificación de Marion, en la dirección de Gray, en la diluida y fría fotografía y en el poder de la historia en sí. Es una cinta densa. Lenta incluso, pero recompensa y mucho al final. Es dura, complicada y es de esas películas que vas a admirar más que disfrutar (fuera del trabajo de su protagonista), pero su madurez y su complejidad hacen de ella un regalo que no se nos ofrece muy a menudo. Nuestro privilegio es poder apreciarlo.


~8,6~

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Hoy os llega la crítica tempranito porque esta tarde no estaré. Disfrutar del día! :)

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